Curso de Homeopata. Dr. Ider Salgado. 

LISTA MUNDIAL DE MEDICOS DE HAHNEMANN SIGLO XXI

HOMEOPATIA 

“La verdad es hija del tiempo”

Hipócrates

 INTRODUCCION

 Entrar al maravilloso mundo de la Homeopatía es definitivamente entrar en el estudio del ser humano, de su parte tangible y de su verdadero espíritu, es ir mas allá de lo que pueden captar nuestros sentidos, es en fin poder ver lo intangible, la raíz misma del hombre y cómo en su equilibrio o desequilibrio se a individualizado para ser único, no repetitivo, ser una obra de arte, la cual debemos admirar.

 

Tenemos la gran fortuna de estudiar el legado de los grandes filósofos, de volver a nuestros orígenes, de razonar mas allá de nuestra propia capacidad, de redescubrir  los conocimientos de los médicos, los cuales a través del tiempo también son nuestros colegas y de sabernos participes de la historia con esto que hemos dado por llamar HOMEOPATIA.

 

Podría decir que la Homeopatía no es ¨ La Medicina ¨, pero si podría aseverar con muy justa razón que es ¨ La Reina ¨ de las medicinas, como pocas mira al individuo, no dividido en infinidad de partes, incluso no le mira a través de microscopios o máquinas mas o menos sofisticadas, que de hecho nos pueden ayudar para un diagnóstico. Obliga al médico a un estudio continuo, a un trabajo cotidiano, pero junto a su paciente y no junto a un órgano, que representaría a la persona enferma.

 

Su aplicación es difícil, pues no solo se debe estudiar al paciente en su individualidad sino que además se debe  encontrar el medicamento único, adecuado, que llene la mayoría o la totalidad de los síntomas. Esto conlleva una investigación exhaustiva aplicando una doctrina que nos ayudará a seguir el camino correcto.

 

Siguiendo sus adecuadas leyes lograremos ayudar de la mejor forma al ser humano enfermo, de esta forma lo acompañaremos hasta que él mismo encuentre el camino de la curación.

 

El verdadero Arte de Curar no se lo encuentra con facilidad, la perseverancia hace que nuestras manos alcancen limites insospechados. Si en un principio no logramos nuestros propósitos no debemos dejarnos vencer por nuestra ignorancia, el camino de la Homeopatía puede estar lleno de obstáculos, pero que satisfacción cuando vemos que pacientes crónicamente enfermos logran superar su desequilibrio y alcanzan la salud de una manera suave, rápida y permanente.

 

 

            Para el médico formado en la Facultad de medicina, es muy difícil “a priori” aceptar o entender los innumerables vocablos y la terminología propia de la Homeopatía, mas aún entender la forma misma de ver al paciente y peor el método curativo de esta disciplina.

 

            Aceptar que es una realidad palpable lo que siempre nos repetían: “Hay que curar enfermos y no enfermedades” es una gran verdad en la Homeopatía, que no nos debe importar mas el órgano enfermo, sino el paciente y que debemos cambiar nuestra forma de pensar por bien de la persona enferma, aceptando que en medicina no existen dogmas preestablecidos y que postulados inamovibles, sino que se constantemente debemos mantener nuestra mente abierta para que por medio del razonamiento aceptemos que existen formas de curar que se acercan más a la verdad del paciente.

 

 

 

 

EL VITALISMO A TRAVES DE LA HISTORIA

 

Cómo poder iniciar el estudio de la Homeopatía sin saber la verdadera esencia del ser humano. Acaso se podrá algún día llegar a develar el misterio de nuestra existencia. Filósofos, historiadores, médicos, científicos, grandes pensadores han querido contestar la pregunta de ¿Qué es la vida?

 

Regresando 600 años a.C. situándonos en la ciudad de Mileto, en Asia Menor encontraremos a Tales uno de los primeros filósofos que afirmaba que ¨El agua es el origen de todas las cosas¨  actualmente sabemos que de cierta manera es verdad. Nuestros primeros nueve meses de vida lo hacemos en un medio acuático.

Anaxímedes (570 – 526 a.C.) también de Mileto opinaba que ¨ El origen de todo el era el aire o la niebla”

 

Parménides (510 – 470 a.C.)  como la mayoría de los griegos pensaban que todo existió y que no cambia sustancialmente, pero llegó a muchas conclusiones valiéndose del razonamiento,  al contrario de Heráclito (540 – 480 a. C.) confiaba mas en sus sentidos, decía que todo están constante cambio. Su frase fue que, No podemos descender dos veces al mismo río, pues cuando desciendo al río por segunda vez, ni yo ni el río somos los mismos.

 

Al mismo tiempo Empédocles (494 – 434 a.C.) de la hermosa Sicilia nos afirma que tanto Parménides como Heráclito tenían razón. Debíamos confiar en nuestros sentidos acompañados de un buen razonamiento, dijo que somos el resultado de la unión de Cuatro Elementos: agua, tierra, aire y fuego,  cuando morimos estos cuatro elementos vuelven a separarse.

 

Anaxágoras (500 – 428 a. C.) opinaba que la naturaleza está hecha de muchas piezas minúsculas, invisibles para el ojo, las llamó gérmenes o semillas y que cada una de estas tenia  algo del todo. Demócrito (460 – 370 a. C.) estaba de acuerdo que las cosas estaban formadas por corpúsculos diminutos  inalterables, a estos corpúsculos los llamo Atomos,  que quiere decir indivisible

 

En estas formas de pensamiento surge la ciencia de la medicina que intentaba dar explicaciones naturales a las enfermedades y al estado de salud, su fundador según los historiadores fue Hipócrates nacido en Cos hacia el año 460 a.C para él la enfermedad era el resultado de transgredir los principios de la Naturaleza y el estado de salud era el mantenerse en acuerdo con dichos principios.  La salud es la armonía y la enfermedad la disarmonía. Basado en la teoría de los humores llegaron a establecer la importancia de los biotipos. Se estudió la vida vegetativa y sensitiva.

 

En las calles de Atenas Sócrates (470-399 a. de C.), nos enseña el Arte de Conversar y de la Meditación, así aprendimos que el verdadero conocimiento nos llega desde adentro. Quien sepa  lo que es bueno, también hará el bien, decía.

 

Platón (427 – 347 a. de C.) escribió todo lo que su maestro Sócrates había dicho, pues este no dejo ni una sola palabra escrita.  En su propio pensamiento a Platón le interesaba la relación entre lo eterno y lo inalterable, por un lado y lo que fluye por otro,  así se intentaba señalar lo que es eternamente verdadero, eternamente hermoso y eternamente bueno.

 

Según  Platón el ser humano está dividido en dos partes, el cuerpo que “fluye“ y que por lo tanto esta indisolublemente ligado al mundo de los sentidos y por otro lado tenemos un alma inmortal. La morada de la razón. Precisamente porque el alma no es material puede ver el mundo de las ideas. Además pensaba que el alma existía ya antes de meterse en el cuerpo.  Con Platón empieza a plantearse la relación cuerpo-alma. Incluso lleva esa relación entre el alma el cuerpo y el Estado de la siguiente manera:

 

CUERPO                   ALMA                       VIRTUD                    ESTADO

Cabeza                                   Razón             Sabiduría                    Gobernantes

Pecho                          Voluntad         Valor                          Soldados

Vientre                       Deseo              Moderación                Productores   

 

 

Erase una vez cuando el alma se encontraba en el mundo de las Ideas, pero el momento que el alma se despierta en el cuerpo humano se ha olvidado  ya de las ideas perfectas. Conforme el ser humano va sintiendo las cosas de la naturaleza va teniendo un vago recuerdo en su alma. Con esto se despierta también una añoranza de regresar a la verdadera morada del alma. A esta añoranza Platón le llama “eros”, que significa amor. Es decir el alma siente una “añoranza amorosa” por su verdadero origen. A partir de ahora se vive el cuerpo y todo lo sensible como algo imperfecto e insignificante. Sobre las del amor volará el alma “a casa” al mundo de las ideas donde será liberada de la “cárcel del cuerpo”

 

Este fue el maravilloso mundo de Platón, entre otras cosas, su extraña teoría de las Ideas ha sido discutida por mas de 2000 años uno de los primeros fue su alumno Aristóteles (384 – 322 a. de C.) el tercero de los grandes filósofos de Atenas, proveniente de Macedonia, era hijo de un reconocido médico y por consiguiente científico. Lo que más le preocupaba era la Naturaleza Viva,  estudió los peses, las ranas, las plantas, etc, fue el primer gran biólogo. Creo el lenguaje científico que se utiliza hasta la actualidad, pone orden a los conceptos y funda la lógica como una ciencia.

 

Aristóteles no negó que el hombre tuviera una inteligencia innata. Al contrario es precisamente la razón la que constituye la característica más destacada del ser humano. Pero nuestra inteligencia está totalmente vacía antes de que sintamos algo. Por lo tanto el ser humano no puede nacer con idea alguna.

 

Tanto la ética de Platón como la de Aristóteles se remite n a la ciencia médica griega: únicamente mediante el equilibrio y la moderación seré una persona feliz o en armonía.

 

Diógenes,  el mas famoso de los cínicos, opinaban que el ser humano no debería preocuparse por su salud, ni siquiera el sufrimiento y la muerte debían dar lugar a la preocupación, de la misma manera no debían preocuparse del sufrimiento de los demás. Los Cínicos tuvieron importancia para la filosofía estoica, su fundador Zenón, opinaban que cada ser humano es como un mundo en miniatura, un microcosmos, que a su vez es reflejo del macrocosmos.

 

El estoico Séneca (4 a. de C.) dijo: “El ser humano es sagrado para el ser humano”, esta frase ha quedado como una consigna para todo el humanismo posterior, que coloca al individuo en el centro.

 

Paralelamente existía el mundo de Israel,  y mas tarde la venida de Jesús y el Cristianismo,  quienes afirman que el ser humano es creado por Dios, a su imagen y semejanza, teniendo cuerpo mortal y un alma inmortal. La corriente del Misticismo, nos habla del alma universal.

 

En el año 138 d. de C. nace Galeno de Pérgamo (ciudad del Asia Menor), revolucionó los conceptos antiguos e implantó una doctrina: “La Medicina de los Contrarios”.  Todas las manifestaciones de las enfermedades debían ser contrarrestadas con una acción contraria a dicho síntoma. Esta doctrina se ha mantenido hasta la actualidad, con todas las medicinas “anti…”, siendo la actual escuela alopática la seguidora de los preceptos galénicos. Se ha dedicado a estudiar tanto las manifestaciones de los órganos enfermos que a olvidado al propio enfermo en su totalidad.

 

Entre los años 354 al 430 d. de C. vivió San Agustín, nacido en Tagaste al norte de Africa. Tempranamente empezó a estudiar en Cartago, Roma y Milán, no fue cristiano toda su vida. Paso muchas religiones y corrientes filosóficas antes de convertirse al cristianismo, y tuvo siempre un rasgo Platónico. El y muchos otros padres de la Iglesia se esforzaron al máximo por unificar la manera de pensar judía con la griega.

 

Luego vino un largo período, la “Edad Media”, pues fue considerada una larga noche de 1000 años que había enterrado a Europa entre la Antigüedad y el Renacimiento. Los primeros siglos luego del año 400 fueron verdaderamente años de decadencia cultural, en comparación con la época de los Romanos en donde floreció la cultura. Otros consideran a esta época como de crecimiento, incluso al rededor del año 1220 se fundaron las primeras universidades. Durante toda la Edad Media los árabes fueron los más importantes en ciencias tales como matemáticas, química o medicina.

 

Para el siglo XIV empezaría los que conoce como El Renacimiento, que significa “nacer de nuevo” y lo que volvió a nacer fue el arte, y la cultura de la Antigüedad. También hablamos del humanismo renacentista porque se volvió a colocar al hombre en el centro. Una de las figuras principales del Renacimiento se llamó Ficino, él exclamó: ¡Conócete a ti misma, oh estirpe divina vestida de humano!  Se cultivo el individualismo de las personas, esto llevó al estudio detallado del cuerpo con la Anatomía, se volvió a disecar muertos como se hacia en la Antigüedad, esto sirvió de mucho a la medicina. En esta época vivieron Isaac Newton, Kepler, Galileo, entre otros, que dejarían grandes descubrimientos para la humanidad.

 

El Renacimiento también rompió con esquemas o dogmas mantenidos sin un razonamiento específico lo cual impedía un desarrollo adecuado con el mundo que nos rodea. Esto dio paso a la formación de movimientos como el Iatromecánico y el Iatroquímico que trataban de demostrar que el ser humano era el resultado de el funcionamiento de los diferentes sistemas u órganos, por un lado, o los otros que decían que el hombre era el resultado de reacciones de sus compuestos químicos.

 

En la transición entre los siglos XVII y XVIII los iatromecánicos surgieron un poco después que los iatroquímicos pero coincidieron con ellos durante un lapso considerable; cuando los conceptos iatroquímicos empezaron a perder terreno, las ideas iatromecánicas todavía conservaron cierto prestigio en medicina. Pero a mediados del siglo XVIII los iatromecánicos perdieron la batalla por la hegemonía del pensamiento médico, cuando se enfrentaron a una de las escuelas más fuertes, más dogmáticas y más difíciles de refutar racionalmente en toda la historia de la medicina: el animismo o vitalismo.

 

El Vitalismo, llegó con la idea de que el ser humano era la unión tanto del cuerpo y del alma, idea esta que ya se conocía desde la antigüedad, y que floreció nuevamente en esta época.

 

El alemán Georg Ernst Stahl (1659-1734) afirmó que el organismo es algo completamente distinto a una máquina y sólo puede comprenderse como el producto de algo inmaterial que le confiere forma, función, armonía y permanencia. De acuerdo con Stahl, el cuerpo humano es algo enteramente pasivo, un autómata manejado por el «ánima»; en su práctica médica, había observado reiteradamente la asombrosa tendencia a la autorregulación del organismo, y como químico, se preguntaba cómo era posible que el cuerpo humano no se desintegrara ante las múltiples agresiones que soportaba continuamente y se conservara íntegro mientras estaba vivo. Incapaz de explicar estas dos propiedades del organismo por medio de las doctrinas médicas en boga en su época, Stahl inventó una solución: el «ánima».

El pensamiento de Stahl arraigó profundamente en la Escuela Francesa de Montpellier, en donde sobresale el medico Francois Boissier de Sauvages, quien se convenció que existe una fuerza que mueve al cuerpo, llamada ánima o alma.

 

El cuerpo es simplemente la parte material que esta cohesionada, y mantenida por una fuerza interior que da vida, en el centro de todo se encuentra el espíritu divino dotado de razón que es el encargado de mantener el equilibrio en esta unión cuerpo-alma y esto se llama salud. Cuando este equilibrio se rompe por cualquier razón, con influencias externa o desequilibrios internos nos encontramos en la fase de enfermedad.

 

Para 1755 nace el Dr. Christian Friederich Samuel Hahneman, quien encuentra en sus innumerables traducciones, todas las disquisiciones que la historia nos había presentado. Pero es el genio el que simplifica y nos da toda su teoría de la Fuerza Vital, que sin dejar su profunda creencia religiosa se mantiene en la línea de Platón cuando asevera que esta Fuerza Vital es un algo intermedio entre el espíritu o alma y el cuerpo.

 

En el parágrafo 9 y 10 del Organón nos explica que este espíritu dotado de razón que reside en nosotros es libre de emplear esos instrumentos vivos y sanos para los altos fines de nuestra existencia.

 

Según Diccionario la Real Academia Española define como:
«Alma (del lat. ánima) f. Sustancia espiritual e inmortal, capaz de entender, querer y sentir, que informa al cuerpo humano y que con él constituye la esencia del hombre»

 

Este es el terreno donde nació la Homeopatía, donde Hahnemann estructura toda su doctrina, lo hace tan adecuadamente que 200 años después seguimos basándonos en sus principios para utilizar adecuadamente el Arte de Curar.